domingo, 18 de septiembre de 2011

Comer, Rezar, Amar


Comer, Rezar, Amar (Eat, Pray, Love USA, 2010) intrascendente film producto de la autoexploración biográfica de Elizabeth Gilbert; dirigida por el sensible Ryan Murphy, pero absoluto falto de talento, quien nos ha deleitado con varios capítulos de Glee, Nip/Tuck y Running with Scissors.

Julia Roberts está divina encarnando a esta neurótica, triste y amargada mujer, perdida en sí misma, quien decide explorarse en un viaje por el mundo en tres etapas, con la finalidad de encontrar su identidad en oasis emotivos y sensoriales como Roma, Calcula y Bali.

De hecho no hay nada más que Julia Roberts. Roberts dejando USA, Roberts comiendo pizza, Roberts en un templo budista, Roberts sacando copias en una isla…. no hay el más mínimo desarrollo de personajes secundarios, y eso que se acompaña de James Franco y Javier Barden, quienes de verdad son muy accesorios.

Hablando en serio: yo también me encontraría en un viaje de un año dedicado a esto.

Elizabeth en pleno uso de toda su inconformidad percibe que algo falla: se siente vacía y sola; quien técnicamente lo tiene todo: matrimonio, casa de ensueño, una carrera que le gusta y en la que le va bien.

Con o sin razones, Elizabeth decide salir de su zona de confort, dejar todo lo que tiene (marido, casa, trabajo y dinero) y aventurarse al encuentro de la vida, más precisamente: de la pasión de vivir.

Depende quién seas tú y de cómo lo veas: es una inmadura, insatisfecha, idiota soñadora malagradecida con todo lo que tiene o es una persona valiente que lo arriesga todo por un anhelo de algo que realmente ni sabe qué es.

Elizabeth entonces se arma un itinerario que pasa por Italia, India y Indonesia, y en cada estación encuentra exactamente lo que esta buscando. Lo que en mi opinión es demasiado idílico y perfecto, (si hasta los países fueron escogidos por la I) le falta a la trama un poco de lo inesperado, del error y de la insatisfacción. De drama griego porque de drama gringo le sobra un montón: ¡mira que tirarse la casa por la ventana sólo porque te casaste con el tipo que no era!

El viaje en sí sirve para Elizabeth como para los demás testigos de purga, para eliminar todas esas malas costumbres ‘occidentales’ que apuntan a una vida que es una carrera en pos de posesiones y logros que jamás te detienes a disfrutar. ¿Y quién no va a estar frustrado, triste y vacío así?


¿Por qué ver esta película? Porque tu pareja está viendo el fútbol con sus amigos en la sala de la casa y tú no tienes ganas de salir. Para pasar un rato trivial y new age acompañada de una copa de vino, unos pedacitos de queso, un trozo de pizza, un cuscús y una ensalada con aderezo exótico de mango con jengibre.

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