Un dios salvaje (Carnage,
Francia, Alemania, Polonia y España, 2011) comedia incómoda y amarga, kitsch y
snob sobre la naturaleza humana, adaptación cinematográfica de la obra teatral
original, escrita por Yasmina Reza, dirigida por Roman Polanski.
Protagonizada por un elenco FANTÁSTICO. En una esquina
tenemos a una neurótica, histérica, bohemia y activista-intelectual Jodie
Foster, junto a un pasivo-agresivo, aburrido pero explosivo John C. Reilly y en
la otra esquina tenemos al cínico y agresivo ejecutivo Christoph Waltz junto a
una elegante, hipócrita y poser Kate Winslet.
Un dios salvaje versa
sobre una ‘divina’ confrontación de padres que se reúnen para hablar sobre una
agresión que ocurrió entre sus hijos.
Comienza con un civismo altruista, políticamente correcto, le siguen todas las buenas
costumbres de cortesía social que existen sobre la tierra, aunque se dejan
colar algunas amargar puyas, pero la tolerancia prevalece en nombre de un bien
mayor: la moral y las adecuadas formas sociales. Todo esto da tantas náuseas
que… bueno no se puede hacer otra cosa que vomitar toda esa porquería en alguna
parte.
Desde que comenzó Un
dios salvaje me sentí atrapada, el film me produjo una asfixiante sensación
de claustrofobia intolerable, por la sencilla razón de que trascurre en un solo
escenario. ¡Es que es una obra de teatro! Aunque el guión es tremenda joya, una
obra maestra, pero el formato cinematográfico no está hecho para restringirse a
un escenario como suele sucederle al teatro.
Existen films que transcurren en un solo escenario, con solo
uno o dos actores, ejemplo Hard Candy o Sepultado, que consiguen estresarnos
hasta el tuétano, porque se trata de thrillers y el estrés es el objetivo central
de la obra. Sin embargo, Un dios salvaje en vez de transmitir
una tensión estresante necesitaría transmitir una tensión incómoda – que no es
lo mismo- aunque la incomodidad es parte, no es el foco central del asunto –se trata
de cómo desnudamos nuestra alma con un poco de presión y wisky–; y creo que
encerrarnos en un escenario fue un error en la adaptación cinematográfica.
¿Por qué ver ésta película? Porque es un material inteligente
y divertido, una crítica social; y siempre puedes dormirte a la mitad ¡ó tener
tu propia pelea con los vecinos!
Dato curioso: Roman Polanski hace un cameo en su film, es el vecino que abre la puerta en el pasillo y sigue sin pagar cana por abuso sexual
de una menor de 13 años. Pero todos podemos reírnos de sus gracias fílmicas.
Creo que la película daba para ser más, pero ese formato tan teatral hizo que se viera un tanto sobreactuada y algo aburrida. Yo me divertí mucho con las actuaciones de las féminas, especialmente Foster que me parece genial. La recomendaría, pero no es un film para "todo el mundo".
ResponderEliminarFeliz cumple BTW :)