martes, 10 de abril de 2012

Un dios salvaje



Un dios salvaje (Carnage, Francia, Alemania, Polonia y España, 2011) comedia incómoda y amarga, kitsch y snob sobre la naturaleza humana, adaptación cinematográfica de la obra teatral original, escrita por Yasmina Reza,  dirigida por Roman Polanski.

Protagonizada por un elenco FANTÁSTICO. En una esquina tenemos a una neurótica, histérica, bohemia y activista-intelectual Jodie Foster, junto a un pasivo-agresivo, aburrido pero explosivo John C. Reilly y en la otra esquina tenemos al cínico y agresivo ejecutivo Christoph Waltz junto a una elegante, hipócrita y poser Kate Winslet.

Un dios salvaje versa sobre una ‘divina’ confrontación de padres que se reúnen para hablar sobre una agresión que ocurrió  entre sus hijos. Comienza con un civismo altruista, políticamente correcto, le siguen todas las buenas costumbres de cortesía social que existen sobre la tierra, aunque se dejan colar algunas amargar puyas, pero la tolerancia prevalece en nombre de un bien mayor: la moral y las adecuadas formas sociales. Todo esto da tantas náuseas que… bueno no se puede hacer otra cosa que vomitar toda esa porquería en alguna parte.

Desde que comenzó Un dios salvaje me sentí atrapada, el film me produjo una asfixiante sensación de claustrofobia intolerable, por la sencilla razón de que trascurre en un solo escenario. ¡Es que es una obra de teatro! Aunque el guión es tremenda joya, una obra maestra, pero el formato cinematográfico no está hecho para restringirse a un escenario como suele sucederle al teatro.

Existen films que transcurren en un solo escenario, con solo uno o dos actores, ejemplo Hard Candy o Sepultado, que consiguen estresarnos hasta el tuétano, porque se trata de thrillers y el estrés es el objetivo central de la obra. Sin embargo,  Un dios salvaje en vez de transmitir una tensión estresante necesitaría transmitir una tensión incómoda – que no es lo mismo- aunque la incomodidad es parte, no es el foco central del asunto –se trata de cómo desnudamos nuestra alma con un poco de presión y wisky–; y creo que encerrarnos en un escenario fue un error en la adaptación cinematográfica.

¿Por qué ver ésta película? Porque es un material inteligente y divertido, una crítica social; y siempre puedes dormirte a la mitad ¡ó tener tu propia pelea con los vecinos!

Dato curioso: Roman Polanski hace un cameo en su film, es el vecino que abre la puerta en el pasillo y sigue sin pagar cana por abuso sexual de una menor de 13 años. Pero todos podemos reírnos de sus gracias fílmicas.

1 comentario:

  1. Creo que la película daba para ser más, pero ese formato tan teatral hizo que se viera un tanto sobreactuada y algo aburrida. Yo me divertí mucho con las actuaciones de las féminas, especialmente Foster que me parece genial. La recomendaría, pero no es un film para "todo el mundo".
    Feliz cumple BTW :)

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