La bella durmiente (Sleeping Beauty, Australia, 2011) drama
erótico con tinte misterioso por lo incomprensible dirigido por la debutante Julia
Leigh.
¿Ustedes recuerdan a la linda muñequita que protagonizó
Sucker Punch? Al parecer es buena actriz, ¿o sólo estoy hablando de lo hipnotizante
y hermosa que es? pero tiene que despedir a su representante o mejorar su
criterio para elegir películas.
La bella durmiente, protagonizada por Emily Browning, es una
historia descoyunturada de una chica con serios problemas de desarraigo y
autoestima que al parecer tiene varios empleos para poder pagar sus estudios y
demás gastos inherentes. Como todo el mundo pues, sólo que ella consigue un muy
excepcional empleo.
Déjenme decirles que en tráiler de La bella durmiente todo se ve mucho, pero mucho
mejor. Parecía algo como la Historia de O, en la que evidentemente se inspira,
pero con la interesante promesa de mezclarlo con el mito de la Bella Durmiente
¡Excited! Pero el resultado es frustrantísimo. Es una película ‘histérica’: te
calienta con el tráiler y se toma 101 de tu tiempo para nada.
Este tipo de film ‘estético-ero-psico-perturbante’ sólo le
salen bien a David Lynch o Lars von
Trier.
¿Por qué ver
La bella durmiente? Por equivocación, porque de otra
manera y habiendo sido advertidos no me explico qué otro motivo habría. Lo que
sí pueden ir a ver es La
Historia de O con tema sadomaso bondage.
Dato curioso: En Cannes no se equivocan.
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